lunes, 29 de agosto de 2011

http://jamin78.blogspot.com/2007/11/alex-turner-somos-unos-nios.html

lunes, 22 de agosto de 2011

http://www.rosacroceoggi.org/foglietti/41shakespeare.htm


nick cave
tom wolfe


alex turner


Mucho Pedir

Las sonrisas mientras ella entro en la habitación,
Se han convertido todas en ceños fruncidos.
¿Soy muy rápido para asumir que el amor ya no está floreciendo?
Las rabietas y las lágrimas tocan en diferentes melodías, de lo que lo hicieron antes.
Su cabeza está en carne viva
Y el final no suena como el más feliz de todos.
Cuando sollozaste antes, se sintió más que nada como el producto de una discusión
Ahora hay motivo para que sea algo más.
Y lo habría.
Es incierto si las cortinas se han cerrado para bien.
Ella dijo “Fijate si todavía está lloviendo, no estoy vestida para eso y si me amas…”
Y yo interrumpí, para recibir una mirada fija con el ceño fruncido
Pero sin embargo decidí frenarla ahí.
Sería terrible decir
¿Nos estamos gritando o estamos cogiendo, encerrados en una fase tempestuosa?
Al menos así fue como se sintió ayer.
Los ojos se vuelven pesados, y si estas durmiendo o si estas despierta
Es un misterio.
¿Un beso sería mucho que pedir?
Cuando me encajas como una cancha congelada de un domingo encaja en un termo.
Es una lástima.
Me ha herido, no podemos regresar
A el pecho apoyándose en la espalda.




Dylan Thomas


En Mi Oficio o Arte Sombrio


En mi oficio o mi arte sombrío
ejercido en la noche silenciosa
cuando sólo la luna se enfurece
y los amantes yacen en el lecho
con todas sus tristezas en los brazos,
junto a la luz que canta yo trabajo
no por ambición ni por el pan
ni por ostentación ni por el tráfico de encantos
en escenarios de marfil,
sino por ese mínimo salario
de sus más escondidos corazones.

No para el hombre altivo
que se aparta de la luna colérica
escribo yo estas páginas de efímeras espumas,
ni para los muertos encumbrados
entre sus salmos y ruiseñores,
sino para los amantes, para sus brazos
que rodean las penas de los siglos,
que no pagan con salarios ni elogios
y no hacen caso alguno de mi oficio o mi arte.


Donde Una Vez Las Aguas De Tu Rostro...


Donde una vez las aguas de tu rostro
giraron impulsadas por mis hélices, sopla tu áspero fantasma,
los muertos alzan la mirada;
donde un día asomaron el pelo los tritones
a través de tu hielo, el viento áspero navega
por la sal, la raíz, las huevas de los peces.

Donde una vez tus verdes nudos hundieron su atadura
en el cordón de la marea, allí camina ahora
el vegetal destejedor,
con tijeras filosas, empuñando el cuchillo
para cortar los canales en su origen
y derribar los frutos empapados.

Invisibles, tus mareas medidoras del tiempo
irrumpen en las camas galantes de las algas;
el alga del amor se vuelve mustia;
allí en torno a tus piedras
sombras de niños van, que desde su vacío
lloran ante el mar colmado de delfines.

Secos como la tumba, tus coloreados párpados
no serán aherrojados mientras la magia se deslice
sabia sobre el cielo y la tierra;
habrá corales en tus lechos,
habrá serpientes en tus mareas,
hasta que mueran todos nuestros juramentos del mar.


No Entres Dócilmente En Esa Placida Noche


No entres dócilmente en esa plácida noche,
la vejez debería arder y delirar al terminar el día;
rabia, rabia contra la agonía de la luz.

Aunque los sabios reconocen al morir que la tiniebla es justa,
porque ningún relámpago han clavado sus palabras
no entran dócilmente en esa plácida noche.

Los buenos, que en el último gesto lloran por el brillo
con que sus frágiles actos hubieran podido bailar en una verde bahía,
rabian, rabian contra la agonía de la luz.

Los salvajes, que atraparon y cantaron el sol en vuelo,
y demasiado tarde aprenden que lo han apenado en su camino,
no entran dócilmente en esa plácida noche.

Los solemnes, cerca de la muerte, que ven con mirada cegadora
que los ojos ciegos pudieron brillar igual que meteoros y alegrarse,
rabian, rabian contra la agonía de la luz.

Y tú, mi padre, alli en la triste altura,
maldice, bendíceme ahora con tus lágrimas feroces, te suplico.
no entres dócilmente en esa plácida noche.
Rabia, rabia contra la agonía de la luz.



Amor En El Hospicio


Una extraña ha venido
a compartir mi cuarto en esta casa que anda mal de la cabeza,
una muchacha loca como los pájaros

traba la puerta de la noche con sus brazos, sus plumas.
Ceñida en la revuelta cama
alucina con nubes penetrantes esta casa a prueba de cielos

hasta alucina con sus pasos este cuarto de pesadilla.
libre como los muertos
o cabalga los océanos imaginarios del pabellón de hombres.

Ha llegado posesa
la que admite la alucinante luz a través del muro saltarín,
posesa por los cielos

ella duerme en el canal estrecho, hasta camina el polvo
hasta desvaría a gusto
sobre las mesas del manicomio adelgazadas por mis lágrimas.

Y tomado por la luz de sus brazos, al fin, mi Dios, al fin
puedo yo de verdad
soportar la primera visión que incendia las estrellas.



Soñé Mi Génesis


Soñé mi Génesis en sudores de sueño, irrumpía
través de la valva giratoria, fuerte
como un músculo motor en el taladro surgía
de la visión y de los nervios espesos como vigas.

Desde los miembros a la medida del gusano, se soltaba
de la carne estriada. Desfilaba
por todas las cadenas de la hierba, metal
de soles en la noche que derrite al hombre.

Heredero de las venas quemantes, guardianes de la gota de amor,
preciosa criatura en mis huesos
yo rondé velozmente el globo que heredara, travesía
por hombre ataviado de noche.

Soñé mi Génesis y morí otra vez, granada
prisionera del corazón en marcha, agujero
en la herida hilvanada y en el viento grumoso, muerte
embozada en los labios que comían el gas.

Puntual en mi muerte segunda señalé las colinas, las cosechas
de cicuta y las matas, mi sangre
enmohecida sobre los calmos muertos, forzaba
mi segunda batalla desde el pasto.

Y el poder contagió mi nacimiento, el segundo
elevarse del esqueleto
y el volver a vestir el fantasma desnudo.
La humanidad escupida desde una pena vuelta a padecer.

Soñé mi Génesis en sudores de muerte
caída por dos veces en el nutricio mar,
vástago rancio de las saladas lágrimas de Adán. Visión
de nueva fuerza humana. Busco al sol.